
En el nordeste de Brasil, casi al borde de la línea del Ecuador, el pueblo ubicado a 40 minutos de la ciudad de Recife, capital de Pernambuco, es un paraíso natural de playas con aguas cristalinas donde la mitad de los turistas son argentinos.
En el nordeste de Brasil, casi al borde de la línea del Ecuador, el pueblo ubicado a 40 minutos de la ciudad de Recife, capital de Pernambuco, es un paraíso natural de playas con aguas cristalinas donde la mitad de los turistas son argentinos.